Aquí está la historia de mis traviesas vacaciones. Fue a principios de agosto, durante mis vacaciones en Vendée. Es un lugar donde hay muchos carriles bici. Así que decidí ponerme unos bonitos pantalones cortos ajustados para dar un pequeño paseo. Tomé el carril bici que corría junto a mi campamento, que me llevó a los senderos de un bosque. Rodé silenciosamente, moviendo bien mis glúteos regordetes. Cuando de repente, veo a unos metros de mí, en el otro camino, dos hombres maduros de unos cincuenta años, que me miran con insistencia. Ahí, me viene una idea traviesa y repentina. Bajé mis pantalones cortos y arqueé mi trasero. Luego abrí mis nalgas para calentar a sus dos mirones, luego volví a montar en mi bicicleta y me fui. Después de diez minutos, Llegamos por otro camino que bordeaba un bosque y una duna desierta. Me di la vuelta y me encontré cara a cara con los dos mirones que había calentado antes. Empezaron a agarrarme para acorralarme. Empezaron a insultarme: "oye es la putita que intenta ...

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