Soy una sumisa pasiva bajo la protección de una mujer extraordinaria. Han pasado 10 años desde que lo conocí. Una joven 20 años menor que yo. Estábamos perdidos. Regresaba al mundo del BDSM después de una pausa tras mi abandono por parte de mi Ama debido a una distancia geográfica demasiado grande entre nosotros. Había pasado por las manos de varias dominadoras y quería parar, pero era demasiado para mí, me había vuelto adicta a la sumisión y a las pollas . Ella se buscaba a sí misma. Pansexual, masoquista y dominante, tuvo dificultades para encontrar su lugar. Así que durante una noche fue dominada por hombres sádicos y tuvo relaciones sexuales con hombres y mujeres sin que eso la satisficiera realmente. Nos hicimos amigos. Ella sabe todo de mí, yo sé todo de ella, con total transparencia. Nuestras vidas personales, nuestras jodidas experiencias. No tenemos vergüenza el uno del otro, ni moral ni física. Conozco su anatomía en detalle al igual que su ginecólogo y ella es muy "primaria" y sabe todo sobre mis partes íntimas e incluso me ha observado atentamente orinar con mi jaula de castidad para saber cómo se las arregla un hombre. También somos "amigos con derechos", lo que significa que a veces hemos tenido relaciones sexuales sin dañar nuestras relaciones amistosas (esto fue antes de que yo me volviera totalmente pasivo y mi polla ya no penetrara a nadie). A menudo, inesperadamente, detrás de un árbol durante un paseo por el bosque, a veces con otros compañeros en una sauna. Ella nunca quiso convertirse en mi dominatriz para no contaminar nuestras buenas relaciones. Jugamos juntos, eso es todo. Con el tiempo se encontró a sí misma, encontró su lugar. Regresó a sus estudios para convertirse en sexóloga. Basándose en su experiencia vivida y en los conocimientos teóricos adquiridos, ahora consulta en provincias y sólo nos vemos muy raramente. Totalmente dominante, tiene una sumisa residente y me dio el honor de ser su testigo cosignatario de su contrato de membresía. Eso no nos impide confiar el uno en el otro. Nuestras dudas, nuestras alegrías, nuestros miedos, nuestros buenos o malos encuentros. Cuando íbamos a la sauna hace unos diez años, la vigilaba para evitar que se desbordara. Hoy las raras veces que nos volvemos a ver, es ella quien me cuida, a veces se encuentra con una candidata dominante que desea tomarme como sumisa exclusiva, me inspecciona íntimamente para comprobar el estado de mi coño anal, m ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad