Nos veíamos todas las mañanas en la cafetería para tomar un café, pero sin compartir mesa. luego, un día, por falta de espacio, el camarero nos puso en la misma mesa.Este chico africano de unos 45 años que medía unos dos metros de altura tenía una voz suave y distinguida. Bebiendo nuestro café discutimos de todo y nada Los lugares un tanto estrechos nos habían acercado, sentí su muslo contra el mío pero sin efecto no pensé en eso esa mañana al menos no enseguida. La merienda haciéndose ruidosa se acercó a hablarme. Su voz suave era cautivadora. Estaba empezando a tener un efecto en mí, su muslo contra el mío acentuaba el efecto. Sentí crecer un deseo que había conocido bien durante tanto tiempo cuando un hombre tenía un efecto sobre mí. mi bajo abdomen estaba hormigueando al igual que mi pequeño agujero que no podía evitar sentir un hormigueo también.Lo escuché y lo miré en una nube, era guapo, bien hecho, bastante atlético. Me dice si quieres seguir esta mañana estoy solo mi oficina esta cerca, el caso es que nos levantamos y nos dirigimos a su lugar de trabajo aislados del resto del local. estaba bien instalado la mesa de conferencias y el sofá de la oficina. Se sentó y continuamos nuestra charla. Me sirvió un café, se sentó frente a mí en el sillón, se había puesto la chaqueta y la camisa dejaba ver un cuerpo soberbio sobre sus hermosos muslos alargados. Sus ojos se hundieron en los míos, su suave voz me tomó por completo. Al mismo tiempo no podía apartar los ojos del bonito paquete que adornaba la parte superior de sus jeans y poco a poco fue tomando un poco de volumen. Hice la deducción de que estaba coqueteando conmigo, me deslizó en la conversación que me había notado en la mañana.Debo haber estado un poco confundido, me dio algunos cumplidos sobre mi estilo. Al mismo tiempo sus grandes muslos se abrían y cerraban dejando subir ese bulto que ocupaba toda mi atención. Quería conocerte, me dijo, yo creo que no somos diferentes y que sentimos las mismas cosas. Se sentó a mi lado, no pude más, pero entendí que a él le pasaba lo mismo. su mano rozó mi muslo estaba electrizada, inclinándose sobre mí pasó su mano sobre mi pecho cuyos pezones estaban apuntando debajo de mi camisa estaba tan listo que sus labios se encontraron con los míos luego nuestras lenguas se mezclaron apasionadamente sus dedos me hicieron cosquillas en los pezones yo estaba abandonada por el encanto de este grandote, yo era una cosita de un metro setenta mis manos acariciaron sus muslos y subieron hacia el objeto de deseo acaricié sus soberbios abdominales sus pezones endurecidos me quitó la camisa y yo la tomé mientras la besaba , desabotoné sus jeans liberando este sexo aprisionado en un pequeño desliz.La cosa era soberbia y no podía sostener en mis dos manos un glande relleno hinchado de envidia acariciándolo literalmente me lancé sobre él pasando mi lengua mis labios y engullí esta maravilla mientras acariciaba y apretaba sus enormes becas temblaba con todo mi ser mientras dándose un festín con este miembro del placer. Terminamos encontrándonos desnudos ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad