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Conviértete en lo suyo

Publié par : suceur16 le 04/05/2021

Bonita tarde en una sauna donde solía hacerlo en ese momento. Había visto a un tipo como quadra viril, hermosos pectorales e hilos blancos en las sienes, y bastante bien colgado, y esperaba lograr satisfacerlo con mi boca. Entonces, cuando fue a sentarse en el cine, lo seguí. Era una habitación bastante grande, con una gran pantalla y una especie de bancos escalonados contra la pared opuesta, con tres pisos que conducían a la parte superior. Se instaló en el segundo piso, alrededor del medio del banco, y estratégicamente aterricé justo debajo, ligeramente a la izquierda, de modo que su muslo estaba justo al lado de mi mejilla. No pasó mucho tiempo antes de que apartara los lados de la toalla para acariciarse mientras miraba la película, y rápidamente notó que mis ojos estaban más atraídos por su polla rígida que por la pantalla. Lo inclinó ligeramente hacia mí y mis dedos se deslizaron hacia sus bolas llenas y luego hacia su pene que sentí vibrar en la palma de mi palma. Me giré para arrodillarme frente a él, entre sus piernas, mientras continuaba masturbando su larga y gruesa polla. Me dejó hacerlo unos instantes, luego su mano se posó en mi cuello, en un gesto inequívoco, y mis labios se redondearon para chupar su glande rosado que parecía esperarlo.Tenía una polla enorme, que luché al principio para mover hacia adelante y hacia atrás en mi boca. La saliva subiendo poco a poco, comencé a deslizarme más fácilmente hacia arriba y hacia abajo por su poderosa vara, la cual sentía tirones cada vez que la punta golpeaba la parte posterior de mi boca. Ella era particularmente sensible y como retorciéndose entre mis labios codiciosos que se divertían jugando con esta sensibilidad, variando su presión y su succión al ritmo de mis viajes redondos a lo largo de su piel veteada y suave. Después de varios intentos fallidos, finalmente logré empujarlo profundamente en mi garganta, soltando un gemido de intensa satisfacción. Me susurró que siguiera así, que chupara fuerte, mientras sus dedos en mi cabello hacían más insistencia en empujarme hacia la base de su polla y sostenerme allí. Entonces sentí su pene vibrar y saltar contra mi glotis, provocando arcadas. A medida que su excitación aumentaba, se volvió más directivo, dándome órdenes claras en voz alta sobre lo que quería de mí, y ahora su mano presionada en la parte posterior de mi cabeza me hizo ir y subir y bajar por su polla, colocándome en un ritmo rápido que me llevó al límite de las náuseas y la asfixia. Debajo de mi toalla, todavía atada alrededor de mi cintura, sentí que mi polla se endurecía. Me encantó la forma en que me trató. Cuando finalmente me dejó recuperar el aliento, una espesa corriente de baba me bajó por la barbilla. Me hizo lamerle las pelotas el tiempo para respirar un poco, luego comencé a tragarlo a fondo, encadenando las gargantas profundas. A veces, cuando estaba abajo, él apoyaba su muslo en mi cuello para hacerme sostener su polla por más tiempo, hasta que mis jadeos se salían de control. A lo largo de la pipa que le di, su cola pareció hundirse gradualmente, como si estuviera parcialmente anestesiada por el chorro de saliva que vertí en ella. Permaneció muy rígido pero parecía haber cambiado de textura, como si la piel se hubiera ablandado por el contacto prolongado de mis secreciones orales. Sus bolas, que habían estado levantadas durante un tiempo hasta el punto de dejarme asustado por una eyaculación demasiado rápida, habían vuelto a caer en su bolsa de piel, colgando ligeramente contra mi barbilla mientras me hundía hasta la base. Había llegado a una especie de meseta de placer en la que pensaba permanecer el mayor tiempo posible para aprovechar al máximo mi boca y mi garganta. Fue entonces cuando sentí un aliento cálido cerca de mi oído y una mano aterrizar en mi nalga derecha. Un tipo se inclinaba sobre mí para preguntarme si me importaba si le importaba el culo mientras chupaba. Asentí con la cabeza lo mejor que pude, mi sí sofocado por la polla que invadió mi boca y se ahogó en mi baba. Sentí que mi toalla se deslizaba hasta el suelo, dejando al descubierto mis nalgas que dos manos suaves extendieron suavemente, antes de que una lengua ágil se deslizara a lo largo de mi línea, en busca de mi pequeño agujero. Gemidos distorsionados de ida y vuelta de la gran polla entre ...

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