Hola a todos, les voy a contar mi maravillosa aventura en la piscina olímpica de Dijon la semana pasada. Estoy registrada en páginas de citas y de vez en cuando hay perfiles que destacan, y el jueves pasado un hombre me contactó diciéndome que le gustaba mi perfil y mis deseos, y que estaba disponible el viernes para una reunión discreta. Había planeado ir a la piscina olímpica de Dijon para relajarme, así que le propuse que nos viéramos allí para conocernos, lo cual aceptó encantado. Acostumbrada a que los planes se cancelen a última hora, esperaba que no apareciera nadie , pero me había preparado bien para lo contrario. Imaginen mi sorpresa cuando lo vi esperándome sentado en las escaleras de la entrada de la piscina, y en ese momento, me invadió una sensación de deseo y emoción. Intercambiamos algunas palabras y entramos juntos a los vestuarios en una gran cabina familiar. Llevaba unos shorts ajustados y una camiseta deportiva pequeña y bastante abierta cuando, en cuanto cerré la puerta, se abalanzó sobre mis pezones, endurecidos, para besarlos y lamerlos. Me derretí en el acto, porque me encanta que cuiden mis pezones, tan sensibles y desarrollados. Mi mano bajó directamente a su pene ya hinchado, no enorme, pero muy agradable al tacto. Intenté contener el placer para no hacer mucho ruido en el vestuario, sobre todo cuando metió la mano en mis shorts y empezó a tocarme el ano. Allí, un escalofrío increíble me recorrió todo el cuerpo. Era muy delicado y atento, y no se quitó los pezones de la boca; estaba conquistada. Su pene, que había podido sacar de sus pantalones sin problema, estaba suave y cálido, y notaba la pesadez de sus bien depilados testículos, esperando una buena eyaculación. Mientras tanto, dos de sus dedos me habían penetrado; ya no sentía las piernas porque la excitación iba en aumento. Decidimos cambiarnos e ir a la piscina a refrescarnos. Mantuvimos ...

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