Unas semanas después de mi primera vez, me invitaron a pasar el fin de semana con un amigo de una clase de aprendizaje porque vivía demasiado lejos para volver a casa.Teníamos 16 años, él ya tenía novia y yo acababa de ser sodomizada unas semanas antes por primera vez. Me presenta a sus padres, unos cuarentones, su madre es bonita y su padre es un hombre grande, fuerte y con bastante buena cara. No pasaron 5 minutos antes de que me diera cuenta de que su padre tenía sus ojos puestos en mí. Todavía me pregunto cómo su esposa no lo quemó.Desde mi primera sodomía miré a los hombres de otra manera y, sobre todo, descubrí su mirada depredadora sobre mí. Yo era delgada, casi frágil, vulnerable, por lo que inevitablemente era la presa afeminada de los bisexuales maduros, el menú elegido por los sexos desfavorecidos en su hogar, y de aquellos solteros que eyaculaban en el vacío en la ducha.Mientras su madre estaba preparando la cena y mi compañero de clase hablaba por teléfono con su novia, me quedé solo con el padre en la sala. Sentí que tenía una idea detrás de su cabeza, un programa para mi trasero, un objetivo para su pene, no me sentí incómoda, solo un poco avergonzada de que a unos metros estuviera coqueteando conmigo, su esposa y su hijo. Estaba esperando saber qué estratagema utilizaría para aislarme de ellos, y allí, hablando en voz alta, le dijo a su mujer que me llevaba a hacer unas compras para un aperitivo. Le supermarché était à quelques kilomètres, on monte dans la voiture et nous voilà tout les deux seuls quand il me demande si je sais conduire et passer les vitesses, je réponds non, il prend ma main et la pose sur le levier de vitesse sans la soltar.Tenía su palanca en la mano y me preguntó si sentía algo. Como acababa de pasar la noche con un hombre unas semanas antes, chupándolo y haciéndole anal, mi timidez no se puso a prueba por mucho tiempo. Lo miré a los ojos y le pregunté si debería sentir algo especial. Vi que había entendido que no me resistiría, tomó mi mano y la colocó sobre su pene, preguntándome si a mí también me gustaba esa palanca. Mi respuesta fue rápida, le bajé la bragueta y deslicé mi mano para agarrar su enorme polla llena de sangre y sus pelotas llenas de semen.Me desabroché el cinturón de seguridad y me incliné entre sus muslos para empezar a chuparlo. Estaba tan emocionado que unos minutos después eyaculó en mi garganta, diciéndome que bebiera para no manchar todo el auto. Después de tragar me dijo que le limpiara la cola y que no dejara nada porque estábamos llegando al supermercado. Me quedé en el estacionamiento y allí estaba nuevamente con una botella de vino y aperitivos. Nada más subirme al coche me preguntó si ya había ido más ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad