DERECHOS O NO... 23 de agosto de 1789, Épinac.- ¡Marca! ¿Leíste eso...?—¿Y entonces qué, Jean-Paul?— La asamblea de funcionarios electos del Tercer Estado votó a favor de una “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”.— Siempre “El Hombre”… ¿y por qué no “La Mujer”?Jean-Paul, con los ojos brillantes, se acerca a Marc y a su falda, levantando un costado para acariciar sus bonitas nalgas desnudas.- Vamos, querida, que tan bien sabes hacerlo con el resto de nosotros.Marc es de esos a los que poco les gusta su sexo de nacimiento, se viste de mujer y se entrega a ellos.— Sabes muy bien que no soy tartamudo… siempre tienes una manera de hacerme derretir.Jean-Paul arrincona a Marc contra la pared detrás de “ella”. Esta vez, con ambas manos levanta la falda, dejando al descubierto los muslos con las preciosas medias rosas. La besa con avidez.— Quiero sentir mi polla en tu garganta... hermosa puta. Vamos, ponte de rodillas.Obediente y ya excitado por el mismo deseo, Marc se pone en posición, liberando, por la abertura del pantalón, el pene ya rígido por el deseo. Ya toma el glande rojo y húmedo entre sus labios para adularlo como debe ser.— Oh, sí, gimió Jean-Paul, qué expertos son tus labios.Sin poder sostenerlo más, se hunde en las profundidades de esta boca ofrecida, comenzando un movimiento brusco de un lado a otro.La glotona es digna de su rango. Jean-Paul, tomando su cabeza entre sus manos vigorosas, la golpea como esas máquinas del señor Cugnot.- ¡Ooooh sí, me voy a correr!No puede hacer otra cosa que darle la bienvenida a esta cosa enorme dentro de ella que le está llenando la garganta. En un último y poderoso gemido, Jean-Paul la rocía con su semen. Luego, temblando por este esfuerzo, él mismo vuelve a colocar la cola en su lugar.— Marc, no hay nadie mejor que tú… ni siquiera las mujeres, o sea las que tienen todos los atributos… no pueden competir contigo.Marc casi se sonrojaría ante este homenaje, pero tampoco olvida que gana unas monedas para mantener su apariencia.— Gracias, cariño, pero todavía me debes algo... Jean-Paul se ríe con ganas.— Te mereces estas ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad