Esta historia transcurre en una época en la que aún no sabía si era hombre o mujer... Ese día, era verano, había pasado buena parte de la tarde poniéndome consoladores y masturbándome, parando cada vez antes de correrme. Al comienzo de la tarde sentí la necesidad de ir un poco más lejos, y después de 10 minutos en auto llegué al cementerio de los barcos de Kerhervy. Ya había hecho algunos encuentros fugaces allí que nunca fueron más allá de una mamada o una paja mutua.Había algunos autos en el estacionamiento con hombres adentro. Habiendo estacionado casi en la entrada, tuve que pasarlos antes de tomar el camino que conduce al bosque que da al estacionamiento.Un joven vino detrás de mí y después de unos minutos nos encontramos detrás de un viejo edificio en ruinas que nos permitió tener algo de privacidad (de hecho, nada ^^). Desafortunadamente, se dio por vencido con bastante rapidez... Así que me encontré solo, medio desnudo, con la polla estirada. Esperé unos momentos, tiempo para calmar mi frustración. Es cierto que esperaba un poco más... Y entonces apareció Él: cincuenta años, más bajo que yo pero algo fornido, traje y corbata, una mano acariciando su entrepierna sobre su pantalón. Sin decir una palabra, reemplacé su mano con la mía. Ya tenía una erección y lo que sentí era mucho más grande que cualquier cosa que hubiera tocado.Autoritariamente, me obligó a quitarme la camiseta y unos momentos después estaba completamente desnuda. Se apoyó en mi cabeza para dirigirla hacia su polla que había sacado. Así fue como de rodillas me puse a chupar una polla como solo la había visto en el porno. Después de unos momentos, retiró mi mano que lo sacudía durante el sexo oral y tomó la iniciativa. Se hundió en mi boca, apoyándose en mi cabeza y comenzó a moverse de un lado a otro... Besó mi boca sin ninguna delicadeza. ¡Tuvo el efecto de asfixiarme, hacerme sentir enferma, pero sobre todo ponerme dura como nunca antes! Me encantó ! A veces se retiraba, tomaba mi cabeza entre sus manos y escupía en mi boca y luego me golpeaba la polla en la cara. Me mancharon de baba, me humillaron y me encantó! Llegó el momento en que, saliendo de mi boca, me dio la vuelta empujándome hacia adelante para que quedara a cuatro patas. Abrió mis nalgas y me penetró sin contemplaciones. ¡Hice bien en trabajar mi trasero! Una polla tan grande seguramente me habría destrozado sin preparación. Una vez que hubo empujado su pene, se detuvo. Podía oírlo respirar con dificultad... Tomó aire y luego comenzó a golpearme. Me dio grandes golpes de polla y casi sacaba su sexo cada vez, lenta y poderosamente. Fue ent ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad