Se escucha la voz de un hombre: gracias y buenas noches. Suponemos que la pareja se marchará cuando vuelva Sophie. Estoy de rodillas frente a ella, las nalgas descansando sobre mis talones. Ella está sentada frente a mí con las piernas abiertas. Estuvo bien, me dijo. Puedes ver mi emoción a la luz de la luna. Pero tú desnudas a mi cerdo, me dijo riendo. Allí se inclina y comienza a chuparme. Me quita el pene y le da una gran lamida. Me levanto moviéndolo hacia adelante para facilitar el acceso. Oímos que viene gente. Ella se detiene. Vamos al apartamento, estaremos mejor. Nos vestimos, yo con un palo enorme y nos dirigimos al apartamento. Mientras caminábamos, Sophie se divertía agarrándome la cola para que no me disolviera. Una vez que la puerta se cerró, me la arrojó. Deshailleme sin cuidarla, parada desnuda, ella me contempla y baja sobre mi polla para retomar donde se había detenido. Ella me bombea, me chupa, me pajea suavemente. En el mismo movimiento, logra quitarse ese vestido, solo usa eso. Una vez desnuda se levanta, me agarra por la cola y me tira hacia la habitación. Me acuesta en la cama y dice: Te voy a dar una probada del amor y de mi coño. Ella vuelve a besarme y lamerme por todas partes. Toma esa pipa de nuevo. Extiende mis muslos para lamer mis bolas. No voy a aguantar y le dije, si sigues adelante, ve a darlo todo. Ja no, se levanta y me deja solo, me acaricia la cara y abre el cajón de la mesita de noche. Saca un rollo de 5 o 6 condones. No sé si voy a poder hacer tanto, le digo riendo, pero no orgullosa. Ella responde que esto es solo el comienzo querida, habrá que asegurar. Ella separa uno. Ábrelo, sácalo y ponlo sobre mí con la boca. Es divino. Siento su succión y el látex aprieta mi glande. Una vez equipado, lo coloca a horcajadas sobre mí, dirige mi polla hacia ese coño. Poco a poco, milímetro a milímetro, se empala a sí misma para que sienta toda mi polla penetrarla. Es bueno que primero sienta que mi pene entra y se aprieta en ese coño. Entonces mi mango comienza a resbalar. Siento pequeños movimientos de la pelvis que permiten que mi polla se deslice suavemente en ese coño. Está bien, entro lentamente en ella. Ella controla todo y me mira directamente a los ojos. Baja y se empala hasta que ese coño toca mi zona púbica. Es delicioso, siento el calor de su coño rodeando mi polla. Ella no se mueve, me mira con una gran sonrisa. Ella sabe que es la primera vez para mí. Se mueve levemente m ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad