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Mi primera segunda semana 7

Publié par : jejebobrun33 le 18/12/2020

Después de la ducha, salimos a caminar como el fin de semana pasado. Algunas tiendas y pequeños restaurantes, nada inusual o muy emocionante. Somos sábado, todas las tiendas están abiertas. Aprovechamos para comprar souvenirs tradicionales para la familia. Una vez hecho todo esto, volvemos al apartamento. ¿A dónde vamos, dijo ella? Playa o paseo. Como quieras, podemos cambiar, balada pero ¿dónde? Hay senderos forestales por los que se puede hacer una caminata. Por qué no, pero pequeño, no tenemos equipo. Tengo un par de tenis y shorts y ... Ella me cortó. Tú te llevas tus tenis, tus shorts y una remera, nada más. Ok, lo hago, sin ropa interior. Lo mismo ocurre con las zapatillas de deporte y los pantalones cortos de camiseta. Hay un bus turístico que sube para ver un sitio con paseos y miradores sobre toda la zona. Llegados a la terminal, tomamos la hora de salida y nos dirigimos al camino menos utilizado. En buena parte del camino hay muchas familias, luego el camino se divide en dos. Una parte vuelve al punto de partida y la otra alarga el recorrido. Por supuesto que seguimos y hay menos gente. Sophie me lo señala, seguramente tiene una idea en mente. Seguimos tranquilamente por este camino que empieza a hundirse en un pinar. Podemos ver que es menos usado y más salvaje. Algunos pequeños caminos cruzan este perfil a ambos lados. Me lo dice Sophie y si sacamos uno para posar. Por qué no la aventura es aventura, le digo. Después de 5 minutos llegamos a un pequeño claro bañado por el sol. Perfecto, ponemos las bolsas, Sophie agarra una toalla grande que había metido en su bolso y la pone en el suelo. Estábamos sentados en él. Hace calor, enciendo un cigarrillo y le ofrezco uno a Sophie. Ella nos mira a nuestro alrededor, nadie. Hace calor me voy a quitar la ropa, ¿no te importa? Claro que no, me encanta verte desnuda, le respondo mirándola directamente a los ojos. Se desnuda y se acuesta sobre la toalla. Pasan unos minutos y yo también empiezo a hacer mucho calor, ¡el sol no está tan seguro! Por el rabillo del ojo me mira y sonríe: tú también te desnudas, no hay nadie y de todas formas tienes que acercarte mucho a nosotros para vernos. Me acuesto sobre esta toalla, el sol acaricia mi piel. Me coloco boca abajo. Sophie se vuelve hacia mí, este cae para apoyarse en su codo y me mira. Puede que te quemes con el sol, te pasaré crema, no te muevas. Al ir a hablar, saca un tu ...

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