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Mi primera segunda semana1

Publié par : jejebobrun33 le 09/11/2020

La noche fue breve. Reanudamos el curso de nuestra semana como si nada hubiera pasado. Estamos trabajando duro para que nuestra pasantía sea un éxito y así la semana transcurrió de forma deportiva pero muy tranquila sexualmente. Llegó el fin de semana y como la vez anterior, todos volvieron a estas casas menos Sophie y yo. Tomé la iniciativa el viernes por la noche de preguntarle a Sophie qué quería hacer. Tengo muchas ideas, me dijo, pero no en el club. Son las 16.30 horas, esta noche estamos contentos, subo al apartamento y nos encontramos en el puerto para ir a la playa. Ok para mí, corro a dejar mis cosas en el dormitorio y me voy al puerto. Mientras tanto, un instructor me recarga y me pide que le ayude a entrar en los bloques. No puedo negarme, ni uno ni dos guardo las botellas, esperando que Sophie me esté esperando. El trabajo terminado Me dirijo al punto de encuentro. Detrás de mí escucho: no caminando tan rápido, parece que vas a tener una cita. Me doy la vuelta, soy Sophie. Cuando me apresuré y no estabas allí, regresé al club y vi que te habían atrapado. Me escondí para no tener que ordenar los bloques. Allí nos reímos y le dije que podía haberme ayudado. Le dije: ¡Me doy prisa por si te vas sin mí! Esa respuesta fue inequívoca: te ríes toda la semana para verte cambiar, moverte a mi alrededor. No pude soportarlo más, todas las noches volvía a arder. Caminamos hacia nuestra playa en silencio, discutiendo la semana pasada y el fin de semana por venir. Llegó a la playa todavía un buen número de personas, pero todavía pequeños rincones tranquilos. Dejamos nuestras toallas quitémonos la ropa y vayamos a la beugnade. Estamos muy cansados ​​de nuestra semana tan refrescante en el agua y holgazaneando en la toalla. Hablamos del futuro fin de semana, organizamos nuestra velada, ect, ect ... pensamos salir mañana, este paseo por el bosque. La playa se vacía gradualmente. El día en que esto duerme cuando nos demos cuenta de que somos solo nosotros dos. Sophie me dice: volvemos a comer un poco al restaurante del club y volvemos aquí ¿qué dices? Por supuesto que acepto. Después de una comida enviada a la velocidad de la luz, volvemos a la playa. Está oscuro como boca de lobo, tengo la impresión de que estamos solos. Ve a saltar más ropa y ve a nadar. Allí nos rozamos, nos acariciamos mientras jugamos en el agua. Por supuesto, a pesar del agua fría, la emoción aumenta. De vuelta en las toallas. Nos acostamos. Sophie acostada a mi lado, su cuerpo brillando a la luz de la luna. La miro y comienzo a acariciarla. No hay ruido, nada se mueve a nuestro alrededor. Aprovechamos, disfruto del placer de acariciarla suavemente sin decir nada. Ella se estiró, los brazos extendidos hacia arriba, lo soltó. A ella le gustó dejar que sucediera. Le señalé. Ella me responde: confío en que no te vas a arrojar sobre mí como un hambriento y es muy agradable. Sigo dándole placer cuando detrás escuchamos un suspiro. No estamos solos. Sophie se contrae y toma el relevo para sentarse, mirando hacia atrás, ahora que nuestros ojos están acostumbrados a la oscuridad, distinguimos a una pareja dando placer. No distinguimos muy bien, pero extendemos bien señora. No demasiado duro, bastante discreto pero tan existente. Sophie se da la vuelta y abre las piernas. Ella pone su cabeza en esas manos apoyadas en sus codos. Le acaricio la espalda y las nalgas sin decir nada, solo escucho y trato de adivinar los cuerpos de esta pareja. Sophie empieza a emocionarse. Mue ...

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