Esta historia tuvo lugar en diciembre de 2019. Habían pasado varias semanas desde que no había follado, mi amigo Régis que me ha estado dando el culo durante muchos años (ver mis historias anteriores) está menos disponible que su nueva compañera dejándome en libertad. Así que pasé varias tardes en diferentes sitios de citas y chat, no es fácil encontrar un chico que esté de acuerdo en recibirlos y aunque generalmente los agradezco, no me veía haciendo un plan de naturaleza esta temporada.Una noche terminé decidiendo volver a las saunas que había visitado varias veces en el pasado. Sauna a unos sesenta kilómetros de mi casa.Después de pagar la entrada, dejando mis cosas en el guardarropa con la toalla alrededor de mi cintura, hice un recorrido rápido antes de tomar una ducha y entrar a la sauna. Ya están ahí dos o tres tíos, uno de ellos con una buena polla dura. Después de disfrutar un rato de la sauna salgo, me ducho y me dirijo a la sala de proyecciones.Varios chicos están ahí; algunos como pareja. Me siento en un rincón y después de un rato emocionado por el video abro la toalla y me acaricio suavemente. El hombre sentado a mi lado se acerca un poco más y pone su mano en mi muslo. Me gustan bastante los cuarenta un poco peluda una preciosa polla que ha empezado a crecer me la dejo. Termina masturbándome yo hago lo mismo con su pene. Varios hombres nos miran ocupados por el video o jugando con su vecino. Un hombre solitario sentado cerca de la entrada nos mira con más seriedad.Después de 10 minutos con mi acompañante decidimos ir a aislarnos en una cabaña. Sin siquiera molestarnos en volver a poner la toalla alrededor de nuestra cintura, salimos de la habitación con nuestras dos colas rectas. Al pasar reconozco al tipo que está cerca de la puerta: un electricista que había sido contratado unas semanas antes para trabajar en la casa de mi madre. En realidad no es mi estilo, calvo de finales de los cincuenta, barrigón con la barriga que oculta por completo su pene. Con mi acompañante nos instalamos en un camarote y empezamos un buen 69. Al final notamos la puerta entreabierta continuamos nuestro 69. La puerta se abre gradualmente y reconozco al electricista. Frecuentando playas naturistas libertinas estoy acostumbrado a los mirones y eso tampoco parece molestar a mi acompañante; continuamos nuestras actividades y dejamos que él lo haga. Termina entrando en la cabaña y ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad