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Secretaria sumisa (fin)

Publié par : voyeurcoquin le 13/02/2024

Feliz de haber sido destrozada, Sofía sale de la oficina, va a su espacio de trabajo, abre un cajón, toma un par de medias nuevas y su kit de maquillaje y luego va al baño. Elige la primera caja, se sienta en la ventana y se quita los zapatos y luego las medias sucias. En un gesto completamente natural, comienza a lamer el delicado nailon, restos de semen. Obviamente esta acción la vuelve a mojar. Con una mano acaricia su corola. La han follado tan fuerte que casi cabe todo el puño allí. Sofía no tarda mucho en gemir. Permanece así durante cinco minutos, entregada a sus propias fantasías. Como una perra acostumbrada a ser aturdida, la puta burguesa rápidamente recupera el sentido. Se ajusta la tobillera, el liguero, se pone su nuevo par de medias de alta costura. Son de color negro, como los anteriores. Se vuelve a poner los zapatos y deja su caja. Sus tacones de aguja de catorce centímetros resuenan sobre los azulejos. Frente al espejo, se remaquilla destacando sus párpados ahumados así como sus labios muy rojos. Listo para ser jodido. Con paso firme llega a la sala de reuniones. Michaël está allí, rodeado de un grupo de clientes. Veinte hombres. Todo negro. Veinte pollas que ella puede satisfacer sobradamente. También hay una mujer. Probablemente un secretario ejecutivo. Sofía se coloca a sus espaldas, no deja de admirar el arco del generoso culo bajo la falda ajustada, la altura vertiginosa de los zapatos de tacón, las medias con costuras bien colocadas, el brillo de una tobillera. Una puta como ella. Sofía se mueve un poco para observar el perfil de la mujer. La secretaria tiene un cofre sustancial. Los pezones asoman a través de la camisa blanca, cuyos botones amenazan con soltarse. Además de los veinte machos, Sofía se sentiría tentada por esta puta. ¿Por qué no empezar lamiéndole los pies y los tobillos mientras uno de los clientes lo hace con rudeza? Con esta idea, no hace falta mucho para que su coño se inunde. Los veinte hombres, hasta ahora obsesionados con la asistente ejecutiva, se vuelven hacia Sofía. La puta del jefe tiene su efecto. Todos estos hombres mirándola fijamente, ella está jubilosa de anticipación. Ella ya se imagina sus pollas imperiosas en el fondo de su boca de puta, en el fondo de su coño cachondo, en el fondo de su culo cachondo. Ella se muere por probar su semilla. Su corola gotea un jugo espeso, que fluye por sus muslos, incluso hasta sus medias cosidas. Ocupa su lugar junto a Michaël, quien, con autoridad, le pone una mano en el muslo. Cierra los ojos y saborea el incomparable contacto del nailon. Frente a ella, la asistente ejecutiva. Esto se instaló abriendo bien los muslos. Sofía tiene una vista completa de un coño perfectamente afeitado.– Ella te da ganas, ¿eh? Murmura Michaël, inclinándose hacia su puta. – Sí, estoy mojada como una perra. Le comería el coño mientras me follas. - Sería un placer. Pero también mira lo que te rodea. Ves a estos veinte tipos, todos bien dotados, créeme, son para ti. Te vas a levantar, te subes un poco la falda, quiero que todos vean que llevas medias de puta y vas a mover un poco el rotafolio. Tendrá su efecto. Sofía no pierde el tiempo. Se levanta la falda, ahora podemos ver la parte superior de sus medias, y camina hacia el rotafolio que se cuida de apoyar en un rincón de la habitación. Todas las miradas se vuelven hacia ella, una mano firme se posa sobre su muslo y no duda en subir hacia su coño chorreante de jugo. – Estás todo empapado. Pareces una buena puta, tú. El hombre no le quita los ojos de encima. A su vez, él se levanta y comienza a sacarse del pantalón una polla ya hinchada. Una gran polla negra. – Me la vas a chupar, maldita perra. Hasta las cachas. Sofía se agacha, abre la boca. El miembro, enorme y tenso, se hunde lentamente entre sus labios. – Así, comenta el hombre. Muy bien. Sí. ¿Quieres que vaya más lejos? La puta se saca la polla de la boca soltando un primer chorro de saliva. - Sí, por favor. Por todo lo alto. - Perfecto. Eres muy dócil. Me gusta mucho. El hombre coloca su mano izquierda debajo de la barbilla de Sofía y coloca su mano derecha en la nuca de la mujer burguesa. Junto a ella, otro negro se tumbó para admirar su coño chorreante. Él también sacó su polla y se estaba masturbando con energía. – ¿Estás lista, gran puta? – ¡Sí, jodeme la garganta, bastardo! Esta vez se sumerge sin ceremonias en la boca ofrecida, hasta la garganta. Con los labios completamente distendidos, Sofía escupe enormes cantidades de baba en los pantalones del hombre que la golpea. Le da unos segundos de respiro y luego retoma su mecánica infernal. A Sofía le encanta que la traten así. A su alrededor se acercaron los hombres y la secretaria ejecutiva. El espectáculo vale la pena. Los sonidos de succión de Sofía resuenan por toda la sala de reuniones. La secretaria ejecutiva, cuyo nombre es Lou, se apega a ella. Se pasa una mano por el pecho y no deja de acariciar su tenso trasero ...

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