[Entre hombre y mujer] [sodomía] [travesti] [Si no has leído los episodios anteriores, te lo recomiendo encarecidamente. Buena lectura] Después de esta noche loca retomamos un ritmo y prácticas "clásicas" pero aún en lencería. Solo una pequeña diferencia, cuando llegué a casa del trabajo dejé mi traje para ponerme el vestido y los zapatos de salón que estaba empezando a dominar y que me dolían menos en los pies. Si mi mujer se había reído al principio, ya no comentó y su cambio de piel me hizo el mayor bien. Y luego, una noche de octubre, me preguntó si me gustaría volver a probar el consolador. Habiendo sido fantástica nuestra sesión anterior, solo pude responder afirmativamente. Pero me sorprendió cuando aclaró "No para mí, para ti". Tuve un momento de duda pero al final lo había disfrutado y la idea me entusiasmó y acepté. Me dio cita para el viernes siguiente, en 3 días. Muy emocionados, esa noche hicimos el amor rápida pero brutalmente.El jueves me dijo que me quería como en nuestra "gran sesión" con vestido y todo. El día señalado, cuando llegué a casa del trabajo, me apresuré a sacar lo esencial de mi armario y me encerré en el baño para una sesión de control de depilación, ducha, crema corporal, vestirme y maquillarme. La última vez fue mi mujer quien se encargó de ello, mejor les cuento que me costó pero el resultado fue bastante satisfactorio y después de casi dos horas salí del baño. Para mi gran sorpresa mi esposa no había regresado y mientras la esperaba yo estaba preparando un aperitivo. Entró cuando yo sacaba la botella de champán de la nevera y vino a besarme con ternura. Me felicitó por mi atuendo, lo que me hizo feliz, y me dijo que estaba dando un pequeño paseo por el baño antes de la bebida.Mientras lo esperaba, me senté en el sofá y encendí la televisión para no pensar demasiado en la velada que nos esperaba. El documental sobre la vida de un grupo de leones en la sabana africana con el que me encontré no me ayudó mucho. Cuando mi esposa se unió a mí, el león del grupo estaba empezando a querer montar a una leona en celo, justo en el tono de la noche. Estaba soberbia, con el mismo vestido que el mío, imaginé la misma lencería que la mía y tuve el comienzo de una erección. Se acerca a todo con sensualidad y con esa sonrisita traviesa. Llevaba una bolsa de plástico que colocó al pie de la mesa de centro antes de servirnos el champán. Al hacerlo se inclinó, creo que un poco más de lo necesario, y admiré sus nalgas y sus piernas en las que el vestido subía por encima de las medias y los tirantes traseros. Mi erección temprana se confirmó en el segundo. Se levantó para traerme mi bebida, consciente de su efecto y de mi excitación y se sentó en mi regazo. Brindamos por la semana pasada y la noche por venir y entablamos una conversación con la única diferencia, ella estaba en mi regazo y podía acariciar sus muslos mientras hablaba. Después de la segunda copa de champán, mi mano comenzó a aventurarse un poco más arriba, pasando por debajo de su vestido para acariciar su piel. Luego puso nuestras dos flautas en la mesa de café y volvió a sentarse en mi regazo, mi mano encontró su lugar y nuestras bocas se soldaron en un beso apasionado. Estos muslos se abrieron diciéndome que podía ir de afuera hacia adentro, lo cual hice sin que me lo pidieran y no perdí tiempo en subir más alto y acariciar su coño con las yemas de los dedos. Me besó con más entusiasmo y mis dedos se volvieron más instantáneos. La acaricié con la palma de mi mano más vigorosamente, su respiración se aceleró, su beso tomó un sabor metálico signo de su excitación y sus caderas comenzaron a ir y venir al ritmo de mi mano. Aparté la tela mojada y la penetré con dos dedos mientras mi pulgar encontraba su clítoris y le hacía cosquillas mientras mis dedos se movían de un lado a otro. Soltó mis labios y se recostó en el sofá, todavía azotándolos en mi regazo y mis dedos dentro de ella. Ella se dejó llevar. De esta manera me ofreció acelerar el ritmo y la profundidad de mis penetraciones mientras la palma de mi mano acariciaba todo su coño. Empezó a gemir ya ondular su pelvis, señal de que estaba cerca del orgasmo. Aún acentúo el ritmo de mis caricias. En un grito su pelvis estaba tensa y sacudida. Es hermosa una mujer que disfruta. Saqué suavemente mis dedos y me incliné para besar su coño y beber un poco de la fuente de su placer antes de cubrirla suavemente con sus bragas. De esta manera me ofreció acelerar el ritmo y la profundidad de mis penetraciones mientras la palma de mi mano acariciaba todo su coño. Empezó a gemir ya ondular su pelvis, señal de que estaba cerca del orgasmo. Aún acentúo el ritmo de mis caricias. En un grito su pelvis estaba tensa y sacudida. Es hermosa una mujer que disfruta. Saqué suavemente mis dedos y me incliné para besar su coño y beber un poco de la fuente de su placer antes de cubrirla suavemente con sus bragas. De esta manera me ofreció acelerar el ritmo y la profundidad de mis penetraciones mientras la palma de mi mano acariciaba todo su coño. Empezó a gemir ya ondular su pelvis, señal de que estaba cerca del orgasmo. Aún acentúo el ritmo de mis caricias. En un grito su pelvis estaba tensa y sacudida. Es hermosa una mujer que disfruta. Saqué suavemente mis dedos y me incliné para besar su coño y beber un poco de la fuente de su placer antes de cubrirla suavemente con sus bragas.La vi volver a sus sentidos. Cuando por fin me sonrió, luciendo feliz, dijo: "Bueno, mi bribón, es la primera vez que me haces correrme con los dedos, tendrás que hacerlo de nuevo, gracias". ". Después de unos momentos más, me dijo: "Vamos, cariño, me voy a hacer un cambio de imagen y me ocuparé de tu caso". Esta frase es suficiente para aumentar mi erección que ya estaba en marcha después de la pequeña sesión de digitación que le acababa de dar. Regresa unos minutos después, con el vestido reajustado y el maquillaje rehecho, lo cual es soberbio. Estaba impaciente por saber lo que me iba a hacer sabiendo el final, no tenía dudas de que la bolsa que había traído contenía al dios. Me sorprendió escuchar que me pedía que me arrodillara en el borde del sofá, codos y torso en el respaldo pero obedecí. Lo escuché rebuscar en la bolsa y sacar una máscara de noche "Toma, ponte esto, parece que las sensaciones son más fuertes así". Demasiado emocionado para protestar, lo pasé por encima de mis ojos y me encontré en la oscuridad. Escuché cosas sacar cosas de la bolsa y ponerlas en el sofá a mi lado. “Abre un poco las piernas, cariño”. Obedecí y sentí que su pelvis se pegaba a mis nalgas y ondulaba. Sus manos se apresuraron a acariciar mi espalda y agarrar mis caderas y tirar de ellas para pegar mejor mi trasero contra el de ella. Escuché cosas sacar cosas de la bolsa y ponerlas en el sofá a mi lado. “Abre un poco las piernas, cariño”. Obedecí y sentí que su pelvis se pegaba a mis nalgas y ondulaba. Sus manos se apresuraron a acariciar mi espalda y agarrar mis caderas y tirar de ellas para pegar mejor mi trasero contra el de ella. Escuché cosas sacar cosas de la bolsa y ponerlas en el sofá a mi lado. “Abre un poco las piernas, cariño”. Obedecí y sentí que su pelvis se pegaba a mis nalgas y ondulaba. Sus manos se apresuraron a acariciar mi espalda y agarrar mis caderas y t ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad