Llego al sex shop super caliente y con la boca abierta. Solo un cuarentón, en la sala de heteros, de pie con la polla fuera del pantalón (eso es lo que más me excita), tieso y ancho. Me pongo a distancia y al mate, con la boca abierta y la lengua fuera. Me mira a los ojos, luego finge que no estoy allí, mete su gran polla, pero no se mueve. Así que me arrodillo y empiezo a chillar como una perra, con las manos a la espalda. El tipo sonríe, como si dijera "¡qué cabrona!", luego se acerca y
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Palabras clave : Histoire 100% vécue, Gay, Hétéro, Fellation, Soumission/domination